Josué Rodríguez
los periodos vacacionales, los accidentes carreteros aumentan entre un 15% y 20%, siendo el consumo de alcohol uno de los principales factores detrás de estos siniestros, alertaron diversas organizaciones civiles, que exigen al gobierno medidas más estrictas para regular su venta y consumo.
Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) revelan que, en promedio, ocurren 47 siniestros diarios en carreteras relacionados con el consumo de bebidas alcohólicas. La situación se agrava en temporadas de alta afluencia vehicular, como Semana Santa, verano e invierno.
«Es fundamental que el gobierno impulse una política nacional que regule la disponibilidad de bebidas alcohólicas, por ejemplo, prohibiendo su venta a pie de carretera», señalaron las organizaciones en un comunicado conjunto.
Entre las medidas que proponen se incluyen:
– Aumento de impuestos a las bebidas alcohólicas
– Restricciones en su publicidad y horarios de venta
– Incorporación de tecnología que prevenga que personas bajo el influjo del alcohol puedan conducir.
Luis Alonso Robledo, vocero de la Red de Acción Sobre Alcohol (Rasa), enfatizó que el riesgo de accidentes aumenta incluso con niveles bajos de alcohol en sangre: «El alcohol puede afectar la capacidad para conducir con concentraciones tan bajas como 0.02%. Muchas personas creen que no están intoxicadas, pero aun así representan un peligro».
En 2023, se registraron más de 381 mil accidentes de tránsito en el país, de los cuales una fracción importante estuvo relacionada con la conducción bajo los efectos del alcohol. Se estima que estas situaciones provocan cerca de mil 400 muertes al año.
Como alternativa, Armando Pliego, integrante de Céntrico y de la Coalición Movilidad Segura, propuso ampliar el transporte público nocturno para reducir la cantidad de conductores en estado de ebriedad.
«El derecho a la movilidad segura es constitucional. Convertir unas vacaciones familiares en tragedia por el consumo de alcohol es una falla del sistema, no sólo del individuo», sostuvo Areli Carreón, de la misma coalición.
Por su parte, Stephan Brodziak, de El Poder del Consumidor, sugirió adoptar tecnologías como los alcolocks, dispositivos que impiden arrancar el vehículo si el conductor ha bebido, así como parches de monitoreo y asistentes de velocidad inteligentes.
Las organizaciones civiles hacen un llamado urgente a las autoridades para atender la raíz del problema: el fácil acceso al alcohol en las carreteras y la falta de un control efectivo durante los periodos vacacionales.