Josué Rodríguez
Piedras Negras, Coah. 23 de enero. – Desde este jueves, es velado el cuerpo del exalcalde y empresario de la radio de Piedras Negras, Claudio Mario Bres Garza, quien falleció en la Ciudad de Monterrey, víctima de cáncer, a la edad de 67 años.
Bres Garza, fue un destacado empresario, político y dueño de La Rancherita del Aire, emisora pionera de la radio en Piedras Negras, Coahuila.
Dejó un legado en el ámbito de la comunicación al desempeñarse como gerente y director de noticias de La Rancherita del Aire, medio que marcó un hito en la región norte de Coahuila y sur de Texas.
En el ámbito político, ocupó diversos cargos de relevancia. Fue por tres ocasiones alcalde de Piedras Negras, diputado federal, y secretario de Economía del Gobierno del Estado de Coahuila.
Hasta antes de su fallecimiento, se desempeñó como Comisionado para la Relación Bilateral Coahuila-Texas, fortaleciendo los vínculos entre ambos territorios.
Le sobreviven su esposa Irene de la Luz Chapa de Bres, sus hijos Alejandra, Nicole, Claudio y Raúl Emilio Bres Chapa.
Obispo de Piedras Negras ofrece condolencias
Por su parte el Obispo de la Diócesis de Piedras Negras, Alfonso Miranda Guardiola, a través de un comunicado, envió sus condolencia por el fallecimiento del empresario con el siguiente mensaje: “Incluso cuando camino por el valle de la sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo; tu vara y tu callado me dan seguridad” ( Sal. 23, 4)
Nos unimos en oración por el eterno descanso de Don Claudio M. Bres Garza que ha sido llamado a la Casa del Padre.
Expresamos nuestras condolencias a sus familiares, y a la comunidad de Piedras Negras, a la que sirvió como Presidente Municipal y quien fue figura destacada en el Estado de Coahuila, y nos unimos en la cercanía de la fe y de la oración. Lo reconocemos como un amigo muy cercano y benefactor de nuestra Iglesia Diocesana de Piedras Negras.
Rogamos al Padre de la Misericordia y Dios de todo consuelo lo acoja y reciba en su Reino. Y lo encomendamos a la intercesión de nuestra Madre del cielo, la Santísima Virgen María.
Dale Señor, el descanso eterno.
Y brille para él, la luz perpetua.
Que Su alma y las almas de todos los fieles difuntos, por la misericordia de Dios, descansen en paz.
Así sea.