Jorge Luis Ríos
ACUÑA, COAH. – El estrés puede ser una respuesta a un cambio negativo en la vida del niño; en pequeñas cantidades, este puede ser bueno, pero el exceso de estrés puede afectar la forma como el niño piensa, actúa y siente, refirió el psicólogo, Fernando Alfaro Sánchez.
Por lo que hay que saber encausar ese esteres o ansiedad, refirió el especialista. “Un menor puede presentar estrés por preocupación por las tareas escolares, problemas con los amigos, el acoso escolar o las presiones de los compañeros”.
También puede ser por cambio de escuela, mudanza, lidiar con problemas de vivienda o no tener dónde vivir; tener pensamientos negativos de ellos mismos, cambios corporales, tanto en los niños como en las niñas, divorcio o separación de los padres, crisis financiera en el hogar, vivir en un vecindario o en un hogar inseguro, explico el especialista.
“Cuando un menor se estresa en casa, hay que encausarlo a que descargue todo lo que trae en actividades divertidas, en familia; salir al campo, al cine, fomentar juegos grupales, claro luego de priorizar la comunicación. En la escuela hay menores que terminan sus actividades y luego se ponen interactivos, entonces toca a los maestros dirigir esa imperatividad a realizar tareas extras, como ayudar al aseo, a la organización de documentos, etcétera”.
La disminución del apetito, dolor de cabeza, alteraciones en el sueño, molestias estomacales, son algunos síntomas, destacando también preocupaciones, miedo, llanto, comportamiento agresivo y reusó a participar en actividades familiares o escolares, son algunas señales del estrés.
“Los padres pueden ayudar a sus hijos a responder ante ese estrés, brindándoles un hogar sano, seguro y confiable. Tener una cena o una noche de cine en familia. El niño observará como un modelo de comportamiento saludable a sus padres, por lo que hay que hacer lo posible por mantener el estrés bajo control y manejarlo siempre de forma saludable”, refiere el psicólogo.