Por Guillermo Robles Ramírez
Podría relatar infinidad de casos de la vida real sobre los problemas y “broncas” que en muchos casos causamos y nos lleva la desidia, flojera o hay después lo hago, pero no hay como el no dejar para después lo que puede hacerse ya.
Es importante la frase de “en vida, hermano, en vida”, la que tiene toda una verdad y el no hacerlo ha dejado en la desgracia a nuestra esposa, hijos o familia en general, además de que haya la oportunidad de dejar abiertas las puertas para que llegue un “gandaya” o más listo que tú y a final de cuentas es quien disfrutará lo que te costó tanto, sobre todo privaciones y limitaciones no solo económicas, sino de dar a tu familia calidad de vida para guardar “pa´cuando” te mueras.
Me refiero al testamento, que no solo por falta de cultura, sino más que nada por incuria o negligencia no dejamos en regla nuestras pocas o muchas cosas que no solo son de nosotros, sino también forman parte de la familia cuando el Todopoderoso se acuerde de llevarnos a la gloria, al menos a los que en este mundo convulsionado nos portamos bien, con el perdón de quien o quienes me hacen favor de leerme, desde chavo he sido así o más de “mamón” o sea presumido.
Si hay alguien que ponga de pretexto el costo, no olvidemos que en septiembre es el “Mes del Testamento” y los honorarios se reducen considerablemente al grado de que no hay excusa. Para demostrar el poco caso que se da al dejar pendiente el testamento, bueno ni siquiera lo hacen aquellos a quienes por disposición del Gobierno del Estado se les exenta del costo y tienen el privilegio de que no se les cobre o sea es de “grapa”, sinónimo de gratis.
Aun así son pocos los coahuilenses que aprovechan septiembre para no dejar “broncas” a sus herederos, comenzando por la viuda e hijos.
Tengo muchas amistades que son abogados y notarios públicos quienes me han confirmado, al menos, refiriéndose al año anterior en sus despachos de esos a los que no se les cobra por realizar el testamento en este mes de septiembre, solo dos personas acudieron para hacer y formalizar su documento en donde dejan todo en orden para el día que Dios los llame puedan dejar sus pocas o muchas pertenencias así como voluntades que no precisamente sean de valor para cuando mueren y sean sus familiares o seres queridos quienes se hagan cargo.
Es tal la apatía e indolencia, más que desidia o flojera que ni siquiera los policías municipales, estatales y federales, así como los pertenecientes a las fuerzas armadas del país, es decir nuestro honorable y respetable Ejército Mexicano, acuden a las notarías para realizar su testamento, aun cuando para esos guardianas y militares el costo del testamento durante todo el año, es decir, los 12 meses, las 53 semanas y 365 días de cada año es gratuito, gracias a un planteamiento que hizo directamente a los notarios públicos el exgobernador de Coahuila, Rubén Moreira, considerando que esos servidores públicos a diario exponen su vida en este cada vez virulento y convulsionado mundo que habitamos.
Los dos clientes, por llamarlos de alguna manera que le cayeron en el 2023 en las oficinas, fueron policías.
Una explicación dada por uno de esos notarios públicos, considera que este fenómeno obedece a la falta de cultura, aunque yo lo razono de manera diferente y que no es otra cosa que desidia, indiferencia e “importa valemadrismo” de nosotros mismos.
Esa característica viene a “rebotar” a final de cuentas en nuestras esposas, hijas e hijos que tras nuestra partida sin retorno, dejamos un sinfín de problemas a la mujer y herederos.
Hay también aquellos quienes se sacan y no reconocen la apatía para dejar arreglados esos “pendientitos” a la clásica frase de “pa´lo que tengo”, aunque sea la más modesta casa de interés social debemos tomarlo no solo como mucho, sino es asegurar un techo a nuestra viuda e hijos, pues nuestros abuelos y padres siempre nos repetían sus sabias palabras que las angustias y necesidades se sienten menos bajo techo y que de comer no faltaría algún misericordioso vecino que nos acarre un taco y un vaso con agua.
Normalmente un testamento económico anda en cuatro mil quinientos pesos, dependiendo de la ciudad, mientras que el juicio sucesorio intestamentario rebasa los cuarenta mil pesos, resultando incongruente y sin perdón de Dios que haya quienes desechen hasta lo que no cuesta como es el privilegio que se ha dado a los policías de los diferentes niveles, así como a los miembros del Ejército Nacional.
No desaires el trámite de tu testamento, hazlo porque será la mejor herencia que dejes a tus deudos cercanos. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org