Valeria Souza, científica y especialista en biodiversidad de Cuatro Ciénegas, dio a conocer a través de su columna que decidió poner fin a su etapa de 24 años en Coahuila.
Fue mediante su colaboración con la revista Gatopardo, donde la doctora en biología reconocida a nivel mundial, explicó su despedida de la región, augurando el compromiso de las nuevas generaciones para cuidar el valle: “Ante la perspectiva de que al resto del valle le quedan más o menos cinco años más de vida, decidí hacer algo drástico: despedirme de Cuatro Ciénegas, tomar la última muestra de la poza que estamos estudiando y darle todo lo aprendido a los niños del municipio. La razón viene en parte de la cobardía, no quiero ser testigo de la muerte de más tortugas y peces, mi corazón no aguanta tanto dolor. También, en parte, es económica, pues la UNAM ya no tiene dinero para la investigación y de CONACyT, ni hablamos. Pero la parte más importante es entender que hay que dejar la responsabilidad de cuidar el ecosistema a los futuros dueños de la tierra, los niños y jóvenes del municipio”, describe un fragmento del texto de Souza.
EL FUTURO DE CUATRO CIÉNEGAS ESTÁ EN LOS NIÑOS
Del 13 al 16 de marzo del este año, Valeria Souza y su equipo organizaron un evento para compartir con jóvenes y niños herramientas y aprendizajes adquiridos durante los 24 años de su estancia en la zona.
El encuentro se realizó en el auditorio del Bachillerato CBTA 22. “Cuatro Ciénegas: 24 años de ciencia y activismo ¿Qué hemos aprendido?” fue la conferencia inaugural, le siguieron mesas redondas y recorridos acompañados. En el evento también participaron Luis Eguiarte, presidente de la Federación Mexicana de Asociaciones Turísticas en Coahuila, Luis Gilberto González Arocha, presidente municipal Alberto Villareal; Juan Carlos Ibarra, exdirector del Área Protegida de Flora y Fauna de Cuatro Ciénegas, por parte de la autoridad federal; y la Dra. Gabriela Olmedo, del CINVESTAV Irapuato.
Uno de los acuerdos clave dentro del evento fue la amenaza que representa el cultivo de alfalfa, por lo que habría que sustituirla por otros cultivos.
LA DESPEDIDA
A tres meses del evento, la investigadora confesó la esperanza que mantiene en CONAGUA y su diálogo con la Dirección de Áreas Protegidas para revisar quiénes son los dueños de las concesiones que tanto daño han hecho a la región.
“A mí, por lo pronto, ya no me duele la espalda, pues me di cuenta de que la piedra que estuve cargando por más de 20 años, la responsabilidad de salvar el paraíso, no es mía, sino de todos y principalmente de los niños que han crecido ahí y que podrían convertirse en los mejores guardianes de su tesoro”, compartió Valeria al finalizar su columna.