Kaylee Muthart, una adicta a la metanfetamina, llegó a lo más profundo de su adicción cuando literalmente se arrancó los ojos durante un lapso de psicosis bajo efectos de una sobredosis de dicha droga.
Ella cuenta que en medio de una alucinación que tuvo tras una sobredosis de metanfetamina, esta chica se arrancó los ojos, luego de una discusión con su madre, debido a que esta la quería internar.
Ahora ella cuenta su desgarradora historia, luego de que tocó fondo de una manera espeluznante y la comparte con el objetivo de crear conciencia acerca del peligro de consumir sustancias nocivas.
Kaylee Muthart fue diagnosticada con arritmia y bipolaridad, situación que le generó una fuerte depresión que la sumió en el alcoholismo y en una adicción a sustancias nocivas, principalmente metanfetamina.
Muthart tuvo un ataque psicótico por una sobredosis de metanfetamina luego de haber discutido con su mamá, porque esta la quería internar en una clínica para que se le atendieran sus problemas de adicción.
Esto sucedió hace un par de años, cuando Kaylee tenía tan solo 17 años de edad, ella bebía en exceso, además de que profundizó su experiencia en el consumo de drogas.
Esta chica, que estaba sumergida en una depresión severa, optó por probar la metanfetamina y poco a poco fue cayendo en una peligrosa espiral hasta que en un “pasón” terminó sacándose los ojos.
Fue durante una tarde del 6 de febrero del año 2018, luego de consumir una dosis peligrosa de metanfetamina, la chica, que se caracteriza por ser extremadamente religiosa, efectuó “un sacrificio”, según ella, para salvar a la humanidad.
Como si se tratara de una película de terror, Muthart se arrancó los ojos. Lo hizo frente a una iglesia de Anderson en Carolina del Sur.
Una sobredosis de metanfetamina puede provocar un ataque cardíaco, irregularidad o parada de los latidos, además de dificultad respiratoria y temperatura corporal muy alta.
Ella alucinó sobre el fin del mundo y al considerarse una persona muy religiosa, decidió hacer un sacrificio para salvar a la humanidad, por lo que decidió arrancarse los ojos.
Kaylee alega que “las drogas aminoraron el dolor”.
Esta aterradora escena fue presenciada por otra chica quien se encontraba trabajando en la iglesia local y de hecho esa chica fue quien llamó a los servicios de emergencia.
Aun así, los paramédicos ya no pudieron hacer nada para salvar los ojos de Kaylee, lo único que pudieron fue evitar que se dañara el nervio óptico.
Con información de medios