Por Graciela Del Ángel Garcés
A través de los tiempos se ha transmitido de generación en generación este dicho “El que con lobos anda, a aullar se enseña”, y efectivamente, sí es verdad. Porque los seres humanos aprendemos de otros, inevitablemente, debido a nuestra naturaleza. Entonces, podríamos sugerir, hacer un pase de lista para analizar el tipo de personas que con las que convivimos o pasamos tiempo en nuestro diario vivir, ya que indudablemente, esas personas han influido en nosotros, mucho más de lo que imaginamos. Aunque sabemos que hay individuos con los que pasamos tiempo, no por elección, sino por la situación, por ejemplo, con los compañeros de trabajo o incluso familiares, pudiéndose presentar el caso de no tener el deseo de estar cerca de algunos de ellos por distintos motivos, por ejemplo, porque vemos que son personas negativas o conflictivas, o simplemente porque creemos que no nos ayudan a crecer personalmente, etc.
Últimamente, se ha puesto muy de moda esta frase, “aléjate de los tóxicos, por tu propia paz mental”. Ciertamente esta recomendación te puede ayudar muchísimo a proteger tu integridad, sin embargo, no siempre es posible alejarnos de quiénes deseamos, hay personas con las que tenemos que hablar todos los días, ya sea en nuestro ámbito laboral o familiar. Entonces, cuando no tenemos esa opción de alejarnos, podríamos sacar provecho de la situación para trabajar más en nosotros mismos, conocernos mejor, y lograr mejorar como personas. Esto nos lleva primero a reflexionar acerca de qué tan fuerte somos como para resistir y mantenernos firmes ante aquellas circunstancias o personas de las que no nos podemos alejar (teniendo cuidado de que no se trate de una situación extrema como el bullying o mobbing que esté afectando nuestra integridad como persona), pues nunca conoceremos qué tan fuerte o valiente somos hasta que no se nos presenta la situación para demostrárnoslo. Si nos damos cuenta de que terminamos ”aullando” como los lobos, es momento de aprender a desarrollar la habilidad para poder influir de manera positiva en las personas, fortalecernos y saber manejar esas situaciones que se nos presentan al estar cerca de ellas.
Dentro de un grupo social, el carácter y la personalidad de cada individuo juega un papel imprescindible, ya que hay personas que por estos factores son más influenciables que otras. Recordemos que las personas de carácter fuerte, en el sentido correcto, refiriéndonos a la persona que tiene la capacidad de dominar sus emociones y manejar situaciones en lugar de que las situaciones los manejen a ellos, podrían ser iguales o más dominantes e influyentes que los de carácter impulsivo o reactivo. Entonces, si no tenemos la opción de alejarnos de las personas que creemos que no nos suman, sino nos restan, será el momento en el cual nosotros debamos de influir en sus vidas, y si logramos hacerlo de manera positiva, entonces nos daremos cuenta de qué realmente estamos hechos como personas, nos daremos cuenta de qué tan fuerte somos, para que en lugar de que nos resten, ser nosotros los que sumemos a otros.